Regidor, disguised as a priest, made it to the ship in the early morning hours and sailed away, finding his freedom from Spanish prison. He was eventually pardoned.
TAL VEZ SALVADO POR EL ÁNGELUS.
Guam era un lugar tan devotamente católico en el siglo XIX
que un prisionero político pudo haber escapado del cautiverio en parte gracias
a eso.
En 1872, hubo un levantamiento contra los españoles en
Cavite, Filipinas, que fue rápidamente sofocado. Pero muchos fueron arrestados,
incluso ejecutados, mientras que otros fueron desterrados a las Marianas. Uno
de ellos fue Antonio Regidor, de sangre española pero nacido en Filipinas y
partidario de las causas filipinas y eventualmente de la independencia
filipina.
La fuga de Antonio Regidor y otros, del encarcelamiento en
Guam, es una historia larga y compleja que deja muchos interrogantes. Pero
alguien escribió que la fuga a un barco que los esperaba en el puerto de Apra
se hizo más sencilla gracias al sonido de la campana del Ángelus.
Antiguamente, cuando se escuchaba la campana del Ángelus a
las 6 de la mañana, a las 12 del mediodía y a las 6 de la tarde, se dejaba lo
que se estaba haciendo y se rezaba. La sugerencia del escritor es que mientras
los guardias y oficiales estaban parados atentos en oración por el Ángelus,
Antonio Regidor se escapaba en barco silenciosamente de las manos de los
españoles.
Antonio Regidor, disfrazado de sacerdote, llegó al barco en
las primeras horas de la mañana y zarpó, encontrando su libertad de la prisión.
Finalmente fue indultado.
La historia del Ángelus entra en conflicto con los registros
oficiales y otras pruebas que aún se encuentran en los Archivos Nacionales de
Filipinas sobre la fuga de Antonio Regidor. Parece que Regidor y su compañero
escaparon de sus celdas a las 4 de la mañana, mucho antes del Ángelus. El barco
en el que logró subir, que era estadounidense, zarpó de Apra entre las 10 y las
11 de la mañana, mucho antes del mediodía del Ángelus.
Hasta aquí la explicación del Ángelus. Es una anécdota colorida e, incluso si la anécdota no es cierta, sí apunta a una verdad general de la que podemos estar seguros, que en Guam durante aquellos tiempos, la campana del Ángelus detenía las actividades normales de la gente tres veces al día durante un minuto o dos.
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