Friday, April 3, 2020

"I GOTTA BE ME"



Believe it or not, that picture above is the signature of a woman signing her name Juana Rojas.

Even back in 1911, Guam had its share of eccentrics and free-spirited people, perhaps having a flair for artistic expression.

Juana, whose full name was Juana Rojas Díaz, according to the Spanish method of placing one's father's surname first, followed by the mother's, certainly had a unique way of signing her name.

To make it clearer that she was signing herself "Juana Rojas," let's look at this version :




Her first J seems recognizable, although some might think it's a Y.

Her style follows the Spanish fashion and of her time, the late 1800s.

She writes her R backwards. This was definitely unconventional by all standards at the time.

And her final S seems odd to us but may have been recognizable to Spaniards in the 1800s as an S.

Her As, which appear three times in her signature, are also unique but at least consistent. Even the non-conformist often conforms to his own rules.




I would have liked to have meet Juana. Did she have a flair in everything she did? Did she stand out in her attire? Did she add an unusual ingredient to her natiya (latiya)? Who taught her how to sign her name? And did she quarrel with whoever taught her?


VERSIÓN EN ESPAÑOL
(Traducida por Manuel Rodríguez)



TENGO QUE SER YO

Lo creamos o no, la imagen de arriba es la rúbrica de una mujer que firma su nombre, “Juana Rojas”.

Incluso en 1911, Guam tenía su propia cuota de gente excéntrica y de espíritu libre, tal vez con un don para la expresión artística.

Juana, cuyo nombre completo era “Juana Rojas Díaz”, según el método español de colocar primero el apellido del padre, seguido del de la madre, ciertamente tenía una forma única de firmar su nombre.

Para dejar claro que ella se estaba firmando a sí misma, "Juana Rojas", veamos la segunda imagen:

Su primera J parece reconocible, aunque algunos podrían pensar que es una Y.

Su estilo sigue la moda española y de su época, a fines del siglo XIX.

Ella escribe su R al revés. Esto definitivamente no era convencional para todos los estándares en ese momento.

Y su S final nos parece extraña, pero puede haber sido reconocible por los españoles en el siglo XIX como una S.

Sus As, que aparecen tres veces en su firma, también son únicas pero al menos consistentes. Incluso el inconformista a menudo se ajusta a sus propias reglas.

Me hubiera gustado conocer a Juana. ¿Tenía ella un don en todo lo que hacía? ¿Se destacó en su atuendo? ¿Agregó un ingrediente inusual a su natiya (latiya)? ¿Quién le enseñó a firmar su nombre? ¿Y se peleó con quien le enseñó?

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